La entrega del barco en unas condiciones adecuadas es un requisito previo para una travesía cómoda y segura. Nadie quiere descubrir el mal funcionamiento del equipo en el mar cuando todo podría haberse resuelto en el puerto deportivo antes de salir. Por lo tanto, tómate tu tiempo al inspeccionar la embarcación y sé diligente.

El día de embarque suele ser frenético. Por ello, no subestimes la entrega del barco e intenta planificar tu llegada al puerto deportivo con tiempo suficiente para examinar el barco cuidadosamente.

Intenta hacer el proceso de registro a solas con el técnico de la empresa de alquiler y máximo con un asistente de tu tripulación. No hay nada peor que inspeccionar el barco con todas tus pertenencias ya cargadas. Es mucho más rápido y cómodo hacerlo sin equipaje ni alimentos. Por lo tanto, pídele a la tripulación previamente que no suba a bordo hasta que se haya entregado el barco. Lo ideal es enviarlos a hacer compras o a tomar un café, y mientras tanto dejar el equipaje en el muelle (puedes hacer una excepción con los alimentos que deban guardarse en la nevera).

TRUCO: Pregunta en la oficina de la compañía de alquiler si puedes subir al barco y comenzar la comprobación previa de forma inmediata. Normalmente, te lo permiten y puedes empezar la inspección por tu cuenta. Luego, cuando llegue el técnico, estarás preparado y juntos podréis repasar lo que no entiendas o las anomalías encontradas.

¿Cuál es la clave para una entrega de barco sin problemas?

Cómo hacer el registro

Al subir a bordo, arranca el motor para probarlo. Comprueba el control del acelerador, la marcha adelante y la marcha atrás. Anota las horas del motor y comprueba el nivel del depósito de combustible. Luego deja el motor funcionando en punto muerto. Después, entra en la cubierta inferior y enciende todo lo que puedas encender del cuadro de mandos. A continuación, vuelve a la cubierta y comienza una inspección detallada.

Comprobación de la cubierta

Comienza por la cabina de mando y concéntrate en el equipamiento esencial para una travesía segura. Comprueba si el timón tiene algo de juego girándolo a la izquierda y a la derecha. Si sientes que la pala del timón responde inmediatamente, todo está bien; si sientes algo de holgura, pídele al técnico de la compañía de alquiler que compruebe el sistema de dirección. Busca una extensión de la caña del timón de reserva y familiarízate con un manejo adecuado de esta.

A continuación, centra tu atención en los cabrestantes y su correcto funcionamiento. Revisa las manivelas que los accionan. Tras comprobar el equipamiento de la cabina de mando, dirígete a la proa y revisa poco a poco todo lo que encuentres por el camino: candeleros, pasamanos, poleas, carros, bote auxiliar y sus accesorios, vergas o daños externos en el casco.

 

Un buen capitán puede sumergirse bajo el barco y comprobar la quilla, la pala del timón y la hélice. Pero es mucho mejor hacer esa comprobación fuera del puerto.

En la proa, presta atención al ancla y al molinete del ancla. El motor está encendido, así que prueba a bajar y subir un poco el ancla. Utiliza la manivela del molinete para comprobar el tensado del freno e inspecciona visualmente la argolla que une la cadena y el ancla. ¿Hay marcas en la cadena, de qué color son y qué longitud tienen en total? ¿Está la cadena unida al barco por el extremo?

En la proa, asegúrate de que todas las luces se encienden.

Cuando vuelvas a la cabina de mando, comprueba todo lo que hay del otro lado de la cubierta. Y en la propia cabina, revisa todos los compartimentos.

Revisa las velas

Si el viento es suave y favorable, puedes izar las velas en puerto y comprobar su estado. Busca en los puntos débiles: el puño de escota, el pujamen y la baluma. Si se trata de un foque o una génova, examina a fondo la vela en la zona del estay de proa, ya que a menudo se perforan en esta zona. En caso de daños, fotografíalo todo. Con vientos fuertes, pospón la inspección de las velas hasta llegar a alta mar; si encuentras algún problema, haz fotos e informa a la empresa de alquiler.

La cubierta inferior es tan importante como la cubierta principal

Una vez llegues a la cubierta inferior, enciende todas las luces y abre los compartimentos. Sigue el mismo procedimiento que en la cubierta y revisa todo sistemáticamente siguiendo una dirección, desde los camarotes hasta el salón, pasando por la cocina y la mesa de navegación.

Aquí se encuentran casi todos los componentes electrónicos y controles. Por lo tanto, es fundamental aprender a manejarlos y conocer su ubicación exacta. Por ejemplo, un molinete de ancla o una hélice de proa pueden hacer saltar fácilmente los diferenciales.

Después de inspeccionar la cubierta inferior, es necesario conocer la ubicación exacta y la forma de manejar lo siguiente:

Después, recorre los compartimentos y bancos y verifica qué es lo que contienen.

No pases por alto la revisión del motor

¡Asegúrate de revisar el motor de tu barco aunque no seas mecánico! Una vez que abras el compartimento del motor, la primera impresión te dirá mucho. Si está limpio, es probable que la unidad de potencia reciba un mantenimiento regular.


Para una comprobación más detallada, utilice el método británico "WOBBLE" por sus siglas en inglés:

Engine on a sailing yacht

La seguridad primero

Verifica minuciosamente la ubicación exacta de todo el equipo de rescate. El capitán y la tripulación deben conocer el emplazamiento del salvavidas y cómo manejarlo. Las bengalas, los chalecos salvavidas y los arneses de seguridad son igualmente importantes.

Utiliza la tecnología moderna

Incluso haciendo un muy buen registro, puede que se te escape alguna cosa. Por eso, es una buena idea utilizar tu teléfono móvil, encender la grabación de vídeo y dar un "paseo" por el barco. Filma todo lo que hay a bordo y en la cubierta inferior. Si surge alguna disputa cuando lo devuelvas, tendrás constancia del estado en que aceptaste el barco. Documenta también cuidadosamente cualquier problema que descubras durante la travesía.

¡Disfruta de la navegación!

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